sábado, 23 de julio de 2016

Deja que esto no acabe nunca

Aunque parezca lamentable e irracional,
estoy enamorada de las noches en las que te echo de menos,
es como sentir que sigo viva,
y es por tu culpa.
Cierro mis ojos y
en mis párpados,
cicatrizan las toneladas de sueños que tenía contigo.
¿Pero qué cojones voy a hacer?,
no sé vivir de otro modo,
esta forma demente y autodestructiva
que impongo a mi cuerpo cada noche;
a modo de castigo
por no haberte sabido querer.
He llegado a la conclusión de que esto,
no es más que la rutina de unos sentimientos
clandestinos,
depravados en esperanza.


En realidad, yo soy mi mayor miedo
y hago excesos en esto de echarte de menos.
Ahora, también me cuesta escribir 
y estoy acojonada;
no bromeaba cuando decía que dabas vida a mis letras.
He llegado a un punto en el cúal ya no me duelen mis propios versos,
un punto donde te imagino,
y te veo camuflado en todas las líneas de un folio en blanco, y no soy capaz de escribir.
No puedo seguir así,
me aniquilo los ojos a través de todos estos poemas,
y te juro que tengo tanto miedo a escribir sobre ti
que temo que llegue un día en el que ya no sienta
y no pueda hacerlo más.


Puede que haya llegado la hora de decir basta,
de acabar con tanta poesía y
soltar todo en un puto poema,
dejar de escribir sobre cosas fantasmagóricas
y aceptar la vida así,
con la conciencia sobre dos desconocidos
que en otra vida,
habrían muerto, el uno por el otro.


Estamos en un continuo enfrentamiento
entre nosotros mismos,
o mejor dicho,

estábamos.

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